jueves, 14 de julio de 2011

4 hombres de los de antes (el desenlace)

(va por ti, Nuri!)
Poco a poco, aquellos hombres duros avanzaron hacia la cima y tras liquidar parte de las reservas de tintorro que llevaban en sus alforjas, la alcanzaron. 
Podían haber entrado al restaurante, antiguo monasterio de los sodomitas descalzos, e hincarse una torrada de botifarra entre pechos y espalda pero eran tíos duros, prefirieron quedarse fuera, a la intemperie y comerse su bocadillos. Era porque eran tíos duros. Por eso, y por el menú de 28 euracos de la noche.
Comieron, bebieron y brindaron. Y cuando se acabaron los bocadillos, sólo bebieron y brindaron. Y cuando se acabó el vino. Sólo quedaban los chetos de LaBeard.
Se tumbaron ante el manto estrellado y todo fue bonito hasta que Kirk sacó su movil chachi y LaBeard y McQueen se viciaron a un shoot'em all cuán adolescentes grasosos. Así que me dediqué en solitario a paliquear sobre lo grandes que eran los juegos en los 80 y demás temas de peso filosófico.
Bajaron ligeros de equipaje, vieron unas luces en lontananza que posiblemente eran de una invasión alienígena que transcurría cerca de Manresa o una autopista, y se fueron a sus casas.


Fin.

sábado, 9 de julio de 2011

4 hombres de los de antes

Eran las 20:30. Habíamos quedado en la Q8. No había nadie. Llegué tarde y fui el primero. A los pocos minutos llegaron Tonno McQueen, Kirk Vega y Herreti LaBeard. Dejamos los coches en Killofpear y nos encaminamos a Bernat the Horse.
Sólo había un coche aparcado, algún dominguero perdido. Dejamos el vehículo silbador de Tonno y empezamos la ascensión nocturna a The Mole.
Todavía había algo de luz y la humedad hacía que las camisetas se nos pegaran al cuerpo, dejando marcadas las tabletas de chocolate de las de antes. Al llegar a Bernat the Horse hicimos la primera paradinha y Herreti LaBeard aprovechó para twittear nuestro ascenso. Hizo una foto de la puesta de sol y catamos los tintorros que llevábamos en representación de los cuatro puntos cardinales ibéricos. El más auténtico, el vino que salía de la bota de piel de Kirk.
Seguimos con el ascenso y tras un par de grimpadas y un par de paradas más para catar tintorros o discutir sobre si sbd o trs eran mas grandes o mas pequeñas (de lo que sacamos en conclusion que trs era mas importante al no tener una cebolla como simbolo de la ciudad), llegamos a la cima.
Por el camino nos habíamos topado con un jabalí, íbamos a comérnoslo pero al ver que no era un puerco salvaje sino un ser fantástico capaz de adquirir forma humana cada mañana para ir a trabajar a un pharm lab, decidimos indultarlo... le llamamos de todo.


Continuará... o no, depende de las ganas.